.......EL DEPORTE EN ROMA......

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Durante la época imperial, Roma fue la ciudad más poblada y espléndida del mundo. En Roma tenía lugar una animada vida social y comercial. Su prosperidad económica y el hecho de ser la capital política se conjugaron para que su planta urbana se llenara de bellas estatuas imponentes edificios, y arcos y columnas conmemorativas de los triunfos militares.

miércoles, 31 de marzo de 2010

2.4 Las Instalaciones



Las instalaciones deportivas eran públicas, parte se arrendaban a empresas privadas y el resto eran instalaciones de uso público, que contaban con unos precios de entrada asequibles a la mayoría de la población, y en el caso del circo y el anfiteatro solían ser gratuitas. Las instalaciones eran las siguientes:
  • La termas.
  • El circo.
  • El anfiteatro.
  • El estadio.
  • El gimnasio.
  • Los campos deportivos particulares.

En las termas aunque su principal servicio era el de los baños públicos, también encontramos una gran variedad de actividades combinando el baño con los ejercicios físicos, los juegos de pelota, otras actividades culturales y de relación social, así como por puro placer y descanso. La necesidad de dotar de abundante agua a las termas hizo que se construyeran once grandes acueductos que traían el agua necesaria para ellas, sobre todo durante el tiempo que el baño se convirtió en una costumbre cotidiana para la mayoría de los romanos. Tenían una parte central donde se encontraban los baños, siempre orientados hacia el sur para aprovechar al máximo los rayos solares. A su alrededor aparecían grandes espacios deportivos y jardines para pasear y practicar ejercicios físicos y juegos de pelota. Tenían tres tipos de baños:

  • El frigidarium o baño frío.
  • El tepidarium o baño templado.
  • El caldarium o baño de agua caliente.
El laconicum era el baño de vapor y el sudatoria eran salas para sudar con aguas para fines terapéuticos. Los espacios deportivos se encontraban en la palestra que estaba construida a cielo abierto rodeado de pórticos donde se practicaban ejercicios físicos, teniendo salas anexas como los oleatoria, que se utilizaban para echarse aceite; la distractoría, donde se tumbaban para ser limpiados de aceite y recibían masajes. También solía haber una sala para jugar a la pelota y el edificio principal además albergaba aulas, bibliotecas, salones de conversación, santuarios y vestuarios. Las termas fueron una creación original romana tanto por su arquitectura como por la función cultural que cumplieron, subsistiendo la afición por el baño posteriormente en la cultura árabe y también en la turca.

El circo era una instalación destinada a las carreras de caballos pero servía también para celebrar marchas triunfales, procesiones religiosas y asambleas populares. Su forma es oval y en ella podemos distinguir la pista de carrera y las gradas; la pista de carrera o arena estaba dividida por un muro poco elevado o spina que con el tiempo se fue llenando de estatuas, obeliscos, fuentes,…; los carros salían de las cárceres que eran recintos cerrados que se abrían en el momento de la salida. En época del imperio llegó a ver hasta cinco circos en la ciudad; los más conocidos fueron el circo Máximo que se encontraba en el lugar donde actualmente se encuentra un parque público y el construido por Calígula, en la actual plaza del Vaticano; aunque se extienden a lo largo de todo el imperio, son pocas las instalaciones documentadas con exactitud fuera de Roma, si exceptuamos las de Ostia.

El anfiteatro era una instalación deportiva donde se desarrollan las luchas gladiatorias, de forma elíptica formada por la unión de dos teatros, con el fondo cubierto de arena y gradas elevadas para los espectadores. Las gradas estaban separadas de la arena por un muro llamado podium y limitadas lateralmente por muros formando cuñas separadas entre si por los vomitorios o entradas y salidas al anfiteatro, todo ello se completaba con largas escaleras que facilitaban la circulación. Los espectadores estaban protegidos contra los animales y gladiadores mediante una balaustrada elevada con rejas y un foso lleno de agua. Bajo la arena y en el interior del edificio existía un intrincado sistema de corredores y subterráneos para los combatientes, las bestias y también para cámaras mortuorias, para depósitos y conductos de agua con lo que llenar el espacio interior en el caso de demostraciones y combates navales o para la natación. Cuanto más activa era la vida municipal, más frecuente fue su uso. Como ejemplos, podemos citar el Coliseo de Roma, el de Verona, el de Nimes o el de Itálica.

El estadio era un lugar donde se celebraban las competiciones atléticas, era frecuentemente un espacio abierto con graderíos improvisados para los espectadores. Tuvo menos desarrollo que las instalaciones señaladas anteriormente debido al relegado papel de las actividades atléticas en Roma. En el campo de Marte existió un estadio documentado hasta la Edad Media, conocido con el nombre "El campus de Agonis", situado en la actual plaza Navona, construido por Domiciano y con capacidad para 15.000 espectadores.

Los gimnasios aparte de los que existían en las grandes instalaciones como en las termas, había otros más sencillos promovidos por las asociaciones deportivas, que incluían en muchos casos piscina; como ejemplo podemos citar el de Pompeya conocido con el nombre de "Schola iuventutis Pompeiani".

En las haciendas imperiales y en las villas de hacendados y funcionarios aparecen campos deportivos con la piscina y la palestra, asociadas a la vivienda. La construcción de estas instalaciones deportivas se interpreta como un deber honorífico de las clases acomodadas, así en algunas palestras aparecen nombres que perpetúan la memoria de su protector. Como ejemplos, tenemos en Sicilia los palacios imperiales que destacan por sus mosaicos en los que aparecen escenas Deportivas. La decadencia del Imperio Romano también se plasma en la de sus instalaciones deportivas. Ejemplos como el de Constantino el Grande, que declaró el cristianismo religión oficial ordenando o consintiendo el saqueo de los templos.

martes, 30 de marzo de 2010

2.3 Estructura


Los atletas se agruparon en una especie de federación o corporaciones, con su propio campo de entrenamiento y bajo el patronato del emperador; en su seno se distribuyen funcionarios sacerdotes y presidentes. En el siglo II destaca la sociedad atlética de los vencedores coronados de los juegos sagrados, adoradores de Hércules.

La educación deportiva de la juventud romana puede considerarse que se inicia con Augusto, por su intento de crear un movimiento deportivo juvenil fundando "collegia invenum", que actúan como juventudes del Estado; sus jefes eran elegidos entre los miembros de la familia imperial. Este tipo de asociaciones se dan también en provincias; así en Pompeya se han encontrado restos de un local social "Schola iuvenum pompeiani" adornado con el escudo del club. Existían además escuelas de gladiadores en Roma y en otras ciudades del Imperio. Poseían su propia organización, distinguiéndose un administrador para la dirección de los gladiadores de la casa imperial. Domiciano reconstruyó las cuatro escuelas imperiales y que son la grande, la de los gatos, la de los lacios y la de los bestiarios. Entre las escuelas de gladiadores fuera de Roma destacan las de Capua, la de Alejandría, la de Pérgamo y la de Prevestre.

lunes, 29 de marzo de 2010

2.2 Los Especialistas

Los deportistas romanos ejercían en calidad de deportistas profesionales y gozaron durante el imperio de cierto respeto como queda reflejado en el trato de favor recibido frente a artistas profesionales y gladiadores; entre sus privilegios estaba el estar exentos de impuestos o el poder ser nombrados para ocupar con carácter vitalicio el cargo de xistarca, privilegios que serían ampliados por Augusto; otras muestras del trato recibido fueron las recepciones imperiales que se les ofrecían a las columnas de honor dedicadas o el hecho que tras retirarse podían ganarse la vida como monitores en las instalaciones deportivas. Por todo ello llegó a concebirse como una cuestión de honor entre los jóvenes de las clases acomodadas.
En relación con el auge de las competiciones, fueron congregándose en Roma deportistas procedentes de todo el imperio. Pese a todo ello debía estar muy extendido el desprecio hacia los atletas y palabras como las de Séneca o Plinio lo ejemplifican. Séneca los llama gente estúpida cuya vida oscila entre el beber y el sudar, que ceban su cuerpo, descuidan y abandonan su espíritu y cuyo arte es una mezcla de aceite y suciedad. Plinio comparaba su voracidad con la del ganado. Sin embargo, estas ideas no estaban generalizadas en el ámbito cultural romano donde, aunque en crisis, pervivía la tradición deportiva griega.

2.1 Programa



El deporte griego, sólo en su forma externa, se introduce en el ámbito romano hacia el 186 a.C. A partir de esa fecha comienza el entrenamiento sistemático, se difunden todas las ramas del atletismo, entrenamientos controlados y dietas alimenticias apropiadas para el ejercicio y también de origen griego; pero pese a ello hubo bastantes reticencias y así mientras se admiraban a los atletas helénicos se criticaba el hábito de practicar el deporte completamente desnudos ante el público.

Los romanos no carecían totalmente de preparación cuando el deporte griego se introdujo y esto se evidencia en los siguientes hechos:

  • Los soldados tenían un programa de preparación adaptado a las necesidades militares.
  • El programa era utilitario por el que el soldado se debía hanituar a la fatiga, al hambre y a la sed.
  • Incluía marchas de larga duración con equipo completo, natación para poder vadear los ríos y manejo de armas
  • El remo que también fue utilizado con un carácter utilitario, derivó hacía gigantescas naumaquias (competiciones navales, organizadas en el anfiteatro, debidamente preparado para este espectáculo).
Publio Rutilo Rufo (105 a.C.) introdujo un reglamento para la instrucción de la esgrima, utilizándose un poste de madera para su práctica. La caballería era practicada en su iniciación con un caballo de madera con el fin de adquirir elasticidad, para posteriormente alcanzar el perfeccionamiento sobre un caballo real. La carrera también fue bastante valorada por el utilitarismo romano e incluso antes de la influencia griega hay constancia de su práctica y popularidad. Se dio preferencia a los ejercicios ligeros con el fin de formar gimnastas elásticos y flexibles, como por ejemplo: el pedestrismo, saltos de altura, longitud y ejercicios de brincos rítmicos

2. EL JUEGO DEPORTIVO EN LA ANTIGUA ROMA

Las fuentes directas para el estudio del deporte romano son escasas ya que se carecen de descripciones completas y críticas de contemporáneos sobre la vida deportiva romana, por lo que hay que acudir a fuentes indirectas como son las observaciones casuales, oradores, poetas o historiadores de la época imperial, así como vestigios arqueológicos en los restos de las instalaciones deportivas u otros vestigios artísticos dentro del campo de la escultura, pintura y cerámica.

Esta forma de tratar al deporte no hace sino poner de manifiesto las diferencias existentes en la forma de entenderlo entre una cultura y la otra. Si en Grecia el deporte es considerado como algo vital, un deber del ciudadano, esencial en la formación del hombre, una actividad agonística en si misma para la propia superación de creación humana, en Roma el deporte se aleja de este sentido humanista acercándose a otro diametralmente opuesto.

En Roma el deporte será un elemento entendido sobre todo como una diversión social, concibiéndolo como espectáculo público por y para el Estado. Será un elemento que se utiliza para manipular a las masas y donde la competición entendida como triunfo externo y la especialización materialista del deporte se imponen. El deportista romano es mayoritariamente mercenario, esclavo o reo de muerte. Nos encontramos con una Roma donde no hay ningún afán por respetar las normas. El fundamento del deporte romano será la equitación en el circo y los combates de gladiadores en el anfiteatro.

Este sentido manipulador, competitivo, especulativo y especialista del deporte se ve incrementado conforme avanza la propia historia del imperio, llegando a degenerar en espectáculos y formas de diversión carentes de todo sentido ético y que no hace sino reflejar el nivel moral de la sociedad romana, de un imperio en transición de creencias ideológicas, latentes entre el paganismo y el cristianismo, donde se viven momentos de vacío ideológico que serán fácilmente visibles en esos aberrantes movimientos de masas y diversiones en los que se han convertido las formas deportivas. El deporte romano no hará sino reflejar la concepción general de la cultura romana, utilitaria y pragmática.

Aunque ha bebido de las fuentes griegas ha forjado sus propias formas que sólo externamente similares a las griegas, y son éstas las que se transmiten a occidente conformando las bases o principios de nuestra cultura. El deporte romano se fue imponiendo sobre todo el ámbito cultural mediterráneo y se impuso al griego una vez que este es asimilado por Roma, quedando así reflejado en el profesionalismo alcanzado durante la última etapa olímpica. La expansión de las formas deportivas romanas por el mediterráneo fue entendida por muchos emperadores como un medio para conseguir la pacificación y la romanización de éste. Siguiendo a Suetonio en su biografía, donde recogía todo lo que tenía relación con los juegos y espectáculos, y en sus tres libros sobre los juegos "La ludicra historia", textos que recogen un catálogo sobre los espectáculos y juegos públicos entre los romanos, el origen de los juegos romanos estarían en los Ludi, pueblo procedente de Asia que se asienta en la región de Etruria y donde establecen los espectáculos con motivos religiosos. Con los etruscos no solamente llegó a Roma el alfabeto y el arte de la escritura sino también sus templos y las representaciones antropomórficas de los dioses que a su vez ellos habían recibido de los griegos. Eran etruscas las corporaciones de artesanos que trabajaban el metal, el cuero, la lana y las industrias del vestido. También fue un invento etrusco los juegos gladiadores de origen religioso en sus orígenes (509 a.C., expulsión del último rey etrusco e inicio de la República).

martes, 23 de marzo de 2010

1.3 Utilización política de los juegos.

Duras son las críticas de Juvenal al pueblo romano de la época imperial, un pueblo que ya sólo deseaba "pan y circo", el alimento y los espectáculos, un pueblo conquistador que anteriormente había extendido su poder y su civilización por todo el Mediterráneo.
la frecuencia, la duración y el lujo de los espectáculos fue aumentando a lo largo de la historia del Imperio.
el público se entusiasmaba ya desde el desfile preliminar, viendo las estatuas de sus emperadores difuntos y cuando el César ocupaba su palco presidencial, la gente los saludaba y gritaba entusiasmada.
Los ciudadanos no tenían ninguna posibilidad de hacer política o manifestar su opinión en cuestiones políticas, pero en los espectáculos, el emperador si aceptaba que la masa le dirigiera algunas peticiones.
Otro aspecto político muy destacable es que los espectáculos fueron una contención o freno de cualquier tipo de revolución social.
Los encargados de sufragar y organizar los juegos eran determinadas autoridades romanas, pero en Roma el emperador tuvo que hacerse cargo de la financiación.
La historia nos ofrece distintas e interesantes variantes de utilización política del deporte, cada vez con circunstancias y características particulares.


BIBLIOGRAFÍA

RODRIGUEZ LÓPEZ, J (2000): "Historia del deporte". Barcelona, INDE.
(Fecha de consulta: 23/3/2010)

1.2 El origen religioso de los juegos romanos.

Los juegos y celebraciones lúdicas tenían todas un origen religioso. El único método de conocerlo es indagar en sus orígenes históricos. Por ejemplo, era costumbre en la Roma del inicio del Imperio, celebrar una carrera de caballos en el mes de octubre; al caballo vencedor se le cortaba la cabeza y los habitantes de dos vías romanas luchaban por la posesión final de la cabeza, que expondrían en uno de los balcones de su vía. Indagando los orígenes de la costumbre se podía descubrir que provenía de los primeros tiempos de Roma: los soldados partían para su campaña anual y a su regreso en otoño, en honor de los dioses, celebraban una carrera de caballos, que concluían con el sacrificio del caballo vencedor. Un sacerdote cercenaba la cabeza del caballo, con su sangre rociaban los diversos lugares y su esqueleto quedaba como fetiche para proteger la ciudad.
En el 105 a.C el Senado romano instituye los combates de gladiadores. Al instituirlo el Senado, les da el nombre de "munera, de "munus", que significa "función". Tal función era la de rendir honor y aplacar a los difuntos. Pero esto, avanzado el Imperio, ya no lo creía la gente. Los juegos se habían ido secularizando, asistían por placer y aunque se conservaran ciertas formas exigidas, propias de los actos religiosos, como no comer durante las carreras o llevar la toga de las fiestas, para ellos era simplemente un formulismo.
El origen del deporte de Roma fue sagrado, pero con los siglos perdió este carácter.

1. EL DEPORTE EN ROMA


Roma muestra una singularidad e importancia muy destacable en la historia del deporte. Sus características son la pasividad frente a la actividad del deporte griego; el deporte en Roma es, fundamentalmente, un gran espectáculo montado para cumplir una función política.